Pensamiento Humorístico

Siempre había tenido la fantasía de tener un sombrero de bufón aquí en la oficina para ponérmelo cuando facilito talleres de diseño del pensamiento; ya sé que suena poco serio pero ni modo. La intención es recordar a mis clientes su sentido del humor, esa capacidad de bromear en los momentos difíciles. Porque mi trabajo no es vender el cuento del final feliz. “A veces uno se enferma y no mejora”. Sin embargo tampoco vivo la pose de un pesimista. Se que no es un pecado alegrarse de estar vivos. Y pienso que la única responsabilidad moral del ser humano es ser feliz, y esa felicidad se obtiene trabajando. Trabajando en la profesión que uno eligió o trabajando en la pareja, y sobretodo cuidando la salud física y mental.

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