Diseñando un oasis mágico para amigos y familia.
El biólogo y naturalista Edward O. Wilson en su libro “La conquista social de la tierra” dice que cuando el nido (en sus términos, un nido humano se crea reuniéndose alrededor de un fuego y construyendo un refugio) llegó a existir, el tamaño del cerebro humano se disparó.
La investigadora Sarah Robinson cree que en este mundo de conectividad en el que vivimos, donde las disciplinas comienzan a crecer juntas, lo que tenemos que darnos cuenta es que somos coextendidos con nuestro entorno. Nuestro nido, todos nuestros muchos nidos, son fundamentales para dar forma a nuestra experiencia y tener una filosofía del nido parece algo necesario.
Yo creo que la mente de cada persona funciona de la manera que funciona y no hay forma de evitarlo. Hacemos lo que nos resulta natural y por eso yo estudié arquitectura porque era lo que me interesaba. Después me sentí atraído por los estudios persona ambiente y ahora pienso que es un buen complemento para el diseño de mis proyectos. Soy una persona que necesita hacer más de una cosa y eso es una limitación, pero la atención dual o flexibilidad cognitiva no es una elección. Eres quien eres y eso es lo que te hace tremendamente humano.